MACRI PERDONA DEUDA de 70 Millones de dólares a MOLINOS en medio de la corrida


El Presidente revocó una resolución del gobierno anterior, por el cual la empresa de Pérez Companc arrastraba un conflicto judicial desde 2008 por el pago de gravámenes por ventas al exterior.

Un decreto presidencial, publicado este lunes en el Boletín Oficial, dejó sin efecto una resolución del ex Ministerio de Agricultura, que en 2015 había rechazado un recurso contra una demanda de la Aduana de una deuda fiscal por exportaciones de 70,7 millones de dólares.

La Administración Nacional de Aduanas le había iniciado un reclamo a Molinos, la empresa procesadora de alimentos y exportadora de granos de Pérez Companc, por una diferencia de tributos que resultaría de aplicar un aumento de alícuotas dispuesto por el Estado a fines de 2007.


La deuda perdonada es de U$S 70 millones. Son $ 2700 millones. La empresa de los Pérez Companc factura millones, aumentó sus precios en medio de la crisis, despidió trabajadores y persigue delegados.


Molinos ataca brutalmente el bolsillo popular y a sus propios trabajadores:
En las últimas semanas, subió un 17% su lista de productos de venta masiva.
Muchos comercios y cadenas denunciaron que Molinos dejó de entregar muchos de esos productos cuando se disparó la devaluación. Molinos tiene en su catálogo de marcas a Cocinero, Lucchetti, Matarazzo, Gallo, Nobleza Gaucha, Favorita, Canale, Blancaflor y Granja del Sol, entre otras.
La empresa viene produciendo despidos a lo largo del año. Pero en particular ha despedido a delegados e integrantes de agrupaciones gremiales. O sea, un claro ataque antisindical. El 8 de enero de este año no dejaron ingresar a Luciano Greco, uno de los delegados, y lo despidieron con la increíble excusa de “bajo rendimiento”. Aunque la justicia laboral emitió dos fallos a favor de la reincorporación, la empresa no los cumple.


Esa persecución es parte de la tradición antiobrera de Molinos. Cuando estaba en manos de otro grupo empresario, Bunge & Born, fue una de las empresa que auspició la dictadura. Desde el 24 de marzo el Ejército se instaló la fábrica y desapareció a toda la comisión interna y 26 delegados.

Pérez Companc todavía no era dueño de Molinos, pero cuando comenzó la dictadura tenía 10 empresas y a su final tenía 53. Casi calcado del crecimiento que tuvo en esos años el grupo Macri, que pasó de 7 a 47 empresas.

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